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Los Chiquicampeones reciben sus trofeos
La primera edición de la CHIQUILIGA del Peñas finaliza con otra gran jornada
Desde el 13 de noviembre, día en que se celebró la primera jornada de la GRAN LIGA DE LOS MÁS PEQUEÑOS, hasta el pasado domingo cuando se jugó la última; han pasado muchas cosas y muy buenas.
La menos importante es que todos aquellos que han participado en la «competición» son ahora CAMPEONES y ya hay un trofeo en las vitrinas del club o de su cole que dice que han sido merecedores de tal reconocimiento.
La principal es que todos los niños y niñas ya han incorporado el baloncesto a su día a día, y cuando un balón cae en sus manos lo botan y apuntan hacia arriba, o cuando hay que echar algo a la papelera lo hacen desde lejos y con estilo. Es el primer síntoma de amor por el deporte de la canasta y en el Peñas nos gustaría que ese amor perdure hasta que se conviertan en verdaderos deportistas.
Para ser buen deportista hay que recorrer un duro camino con largas cuestas y plagado de curvas ciegas. Es importante que las primeras etapas sean cuesta abajo y así cuando lleguen las dificultades se tenga la frescura y la motivación suficiente para seguir caminando, así como el deseo de continuar hacia un nuevo horizonte.
Los peques han dado solo el primer paso de la iniciación deportiva jugando en LA CHIQUILIGA del PEÑAS. Sus caras de alegría al participar nos indican que tardarán en detenerse porque en ellos ya está sembrada la semilla del amor por el baloncesto y en el Peñas seguiremos regando para que germine y eche raíces fuertes.